Por Marcos Galera, Socio Fundador de Agaz Sport
La grandeza del deporte de alta competición es el escaparate y modelo de comportamiento de las generaciones venideras, por ello es importante acometer un problema existente en este sector. Se han realizado en los últimos tiempos diversos estudios donde se ha analizado la vida de los profesionales una vez acabada su carrera deportiva. Se han llegado a conclusiones realmente alarmantes, la fundación Xpro, concluyó que tres de cada cinco ex futbolista de la Premier League se encuentran sumidos en la más absoluta bancarrota a los cinco años de haber puesto fin a su carrera profesional. Los datos se han recabado tomando una muestra de 30.000 jugadores retirados que han militado en la Premier League y han gozado de un salario que rondaba las 30.000 libras semanales. Sin embargo, ante estas afirmaciones, Gordon Taylor Jefe Ejecutivo de la Asociación Profesional de Futbolistas de Inglaterra, deslegitimo la investigación en declaraciones realizadas a ‘BBC Radio’ en Londres, argumentado que las cifras de bancarrota oscilan entre el 10 y el 20 % del total de jugadores, y nunca tres de cada cinco.
Hoy en día la Premier League es una de las ligas que más dinero generan en el mundo, hasta el punto que la consultora Deloitte, afirma que de los 10 clubes que más dinero generaron en la pasada temporada cinco son ingleses, y al fin y al cabo ello se refleja en los salarios que cobran los jugadores.
Pero si los jugadores de la liga con más dinero del mundo tienen problemas económicos, ¿qué pasa con los demás?
Es muy gráfico el documental de ESPN «broke»‘ que recoge declaraciones de ex jugadores de fútbol americano, baloncesto y béisbol, que han ganado cantidades realmente escalofriantes en muy poco tiempo y que han visto evaporarse los millones de dólares ganados en muy pocos años. Hay un jugador que ha llegado a ingresar ciento diez millones de dólares que hoy esta bancarrota.
En algunos casos la justificación viene por la poca formación de muchos de los deportistas, en otros por el mal asesoramiento de la gente con que se rodean, a veces por los malos gestores o asesores que contratan o incluso por las conductas derrochadoras de los propios deportistas, que piensan «que el dinero nunca se acaba».
La realidad es que cuando la crisis económica llegó al deporte, se redujeron los ingresos de los deportistas, viéndose algunos en dificultades para atender los compromisos financieros adquiridos.
El deportista tiene un perfil competitivo, ganador, que en el terreno de juego le lleva a lograr grandes éxitos deportivos, que en muchas ocasiones es incompatible con las inversiones «de riesgo» que realizan o por adquirir vicios caros, como es «el juego».
Es muy importante educar a los mismos en este aspecto, pues con muy poca edad y en muy poco tiempo lo tienen todo: juventud, fama y dinero.
Olvidan que los ingresos que perciben pueden verse mermados por lesiones repentinas, modificaciones en la remuneración percibida por falta de rendimiento o un hecho que siempre llega, el fin de la carrera profesional. Aunque existen casos todavía más graves como el de Brad Friedel. El veterano portero estadounidense del Tottenham con cuarenta y tres años en la actualidad, se declaró en bancarrota estando aún en activo. Según desvelo el diario The Sun, Friedel contrajo una deuda de cinco millones de libras tras la creación de su academia de fútbol en Estados Unidos.
Lo importante y sabio es hacer una buena planificación de la carrera profesional. No podemos olvidar que el «hombre medio» durante toda su vida laboral de trabajo gana aproximadamente un millón de euros (el salario medio en España en 2014 ha sido de 23.650 euros, con una estimación de una vida activa de cuarenta años percibirá unos ingresos brutos de 946.000 -novecientos cuarenta y seis mil euros-) y estos profesionales del deporte pueden obtener estos ingresos en menos de diez años. Otros, casos excepcionales, como son las grandes estrellas en un año multiplican por dos o por tres esta cifra de ingresos, como por ejemplo Cristiano Ronaldo, Messi, Neymar, Bale, etc.
Es muy importante que reciban formación y adquieran conocimientos financieros, acompañados de una buena planificación de carrera profesional, con una estrategia clara para rentabilizar al máximo los ingresos, con una clara previsión de pago de impuestos y sobre todo acomodar sus gastos a su vida futura.
Una de las primeras cosas que hacen los deportistas es «comprarle una casa a sus padres y comprarse un deportivo de alta gama», según manifiesta Eliseo Caballero socio director área consultoría Agaz SPORT.
Hemos dado datos de la liga inglesa pero la alemana tampoco se diferencia en demasiado, pues según el gerente de Schips Finanzas, Hans Schips, en declaraciones que publicó el semanario «Sport Bild», «un 30 por ciento de los jugadores activos están en la ruina y un 50 por ciento están arruinados cuando terminan su carrera» y uno de cada tres se divorcian en los doce primeros meses de retirarse.
La idea de que muchos jugadores después del estrellato caen en la decadencia, es vieja, pero no va mal desencaminada, por ello es necesario que sean educados en esta línea.
También han sido estafados (muchos lo ocultan por miedo «al que pensaran» sus compañeros de vestuario) o tienen grandes gastos generados por el séquito de familiares, vecinos, amigos y conocidos que los rodean. Se han conocido casos en Estados Unidos en los que incluso han sido demandados jugadores por personas que los han cuidado en la infancia alegando que han influido en la formación y crecimiento del deportista.
Agaz Sport es especialista en asesorar a jugadores profesionales para evitar que el control de sus finanzas se les escape de las manos. Tenemos una larga experiencia en asesoramiento integral de deportistas de élite, evitando los sobrecostes en su vida privada e impidiendo dejarse llevar por el canto de sirenas de asesores que les hacen invertir en negocios que sólo les producen pérdidas» o realizan inversiones movidas por intereses partidistas como se ha visto en los últimos años en las entidades financieras (venta de swap, preferentes, etc.).
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