Agaz Noticia, Opinión

Por Eliseo Caballero

Socio Director de AGAZ [ ]

Las empresas en su crecimiento y madurez deben tener muy claro cual es su rumbo y cuáles son sus objetivos, pero sin perder nunca de vista la esencia de toda empresa: ganar dinero. Podemos engañarnos señalando que las empresas tienen otra serie de objetivos más globales, como pueden ser trasmitir valores a la sociedad, cuidar el medioambiente o contribuir a construir un mundo mejor entre otros, pero lo cierto es que el verdadero objetivo de una empresa es ganar dinero y a partir de ahí se pueden plantear otros retos, a priori, secundarios.

Toda esta reflexión inicial viene a cuento del cierre de la noche a la mañana de Spanair, dejando en la estacada a multitud de clientes sin preavisarles, a multitud de proveedores sin cobrar y a multitud de trabajadores en la calle. En esta compañía se perdió todo el sentido empresarial. No sólo no se reconoció que el negocio como tal era ruinoso, sino que además la política paso a ser un elemento esencial en devenir de la compañía, pretendiendo, que a través de ella se hiciera una empresa rentable y un medio de auto propaganda política, la ecuación perfecta. Para ello se le dio toda la repercusión mediática posible a través de los medios de comunicación afines políticamente y se puso al frente a un directivo de reconocido prestigio.

La teoría de la evolución Darwin indica que solo sobreviven los más fuertes y los que mejor se adaptan al medio. Las aerolíneas solo tienen dos vías en el medio actual, situarse en un segmento low cost e intentar en ello diferenciarse o situarse en un segmento Premium e intentar diferenciarse en la calidad. Quedarse en tierra de nadie significa una muerte segura y es esto lo que le ha pasado a esta compañía. Ha pretendido estar en la mitad y encima buscando el amparo político para compensar el fracaso empresarial. Por suerte o por desgracia el tiempo pone a cada uno en su sitio y aquellas empresas que pierden la esencia (ganar dinero), de ingresar más que lo que pagan, terminan muertas. Podrán vivir más o menos dependiendo de las transfusiones que le den o de cuanto dure la respiración asistida, pero al final mueren, es la ley de la vida.

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