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Por Eliseo Caballero – Socio y Director del Área de Consultoría de Agaz

Con un 10% del PIB, la automoción lleva a remolque gran parte del peso de la economía productiva española. Es la industria más poderosa del país y el segundo sector más importante de la economía, solo por detrás del turismo. Unos 300.000 españoles viven de él.

Desde comienzos de 2012 hasta la actualidad, las empresas del sector han anunciado inyecciones económicas por valor de 800 millones en España. La multinacional japonesa Nissan, con fábricas en Ávila, Barcelona y Cantabria, invertirá en los próximos dos años 300 millones. También el presidente de Fiat Industrial, Sergio Marchionne, anunció la puesta en marcha de un plan industrial para Iveco en España que supondrá una aportación de 500 millones en cuatro años y la creación de 1.200 empleos.

Sin embargo, la crisis y la caída del consumo interno amenazan con hacer tambalearse al vehículo del crecimiento económico. En 2007 se vendieron 1.750.000 coches en España, mientras en 2012 apenas llegamos a 700.000, es decir, nuestro país retrocede a niveles de los 80.

Solo gracias a la balanza comercial y a la solidez de sus cimientos, la automoción apenas se ha resentido. Se trata de un sector que puede ser el motor del país pero que necesita que no se le pongan obstáculos.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, anunció la semana pasada una prórroga del Plan Pive 3 con una dotación de 70 millones de euros, para incentivar la compra de vehículos nuevos hasta final de año. Esta era la primera y más acuciante petición del sector; el estímulo a la compra. Ahora queda pendiente la reforma de los impuestos de Matriculación y Circulación.

“En la próxima reforma fiscal se producirán modificaciones sobre el impuesto de matriculación y se abordará el cambio del impuesto de circulación”, dijo el Ministro Montoro. Ahora queda ver si las posturas de Gobierno y de la industria y distribución de automóviles convergen como lo han hecho en el tema de las ayudas a la compra de turismos nuevos con los sucesivos planes Pive, las ayudas a la sustitución de vehículos comerciales con el Plan Pima Aire (que, próximamente será renovado), o con el plan para renovar autobuses y camiones que llegará en breve auspiciado por el Ministerio de Fomento.

El impuesto de Matriculación en vigor grava la primera vez que se matricula un vehículo, es una tasa que se suma al 21% de IVA, y los vehículos tributan en función de las emisiones de CO2 por kilómetro en función de la Ley de Calidad del Aire. Este tributo está traspasado a las Comunidades Autónomas desde el año 2008. Los tramos existentes son los siguientes:

  • 0%: vehículos de emisiones menores o iguales a 120g/km de CO2
  •  4,75%: vehículos de emisiones mayores de 120 y menores de 160 g/km de CO2
  • 9,75%: vehículos de emisiones mayores o iguales de 160 y menores de 200 g/km CO2
  • 14,75%: vehículos de emisiones mayores o iguales a 200 g/km de CO2

El 60% de los vehículos nuevos adquiridos en España está exento del pago del impuesto al emitir una cantidad igual o inferior a 120 gramos de CO2.  EL ministro, habla de “reforma de este tributo” sin precisar en qué términos se realizará. Algunos expertos aluden a la posibilidad de que se apruebe un nuevo tramo por el que quedarían exentos los vehículos que emitieran una cantidad menor o igual a 100 gramos de CO2. De este modo, aumentaría la recaudación impositiva para las Comunidades Autónomas

Desde enero a agosto de 2013, la recaudación por el impuesto de Matriculación fue de 177 millones de euros, un 27% menos que en el mismo período del año anterior. Esta idea choca frontalmente con la añorada petición de las patronales del sector de la automoción de eliminar este impuesto. “Si un vehículo ya para el 21% del IVA, está gravado más que suficiente, no hace falta otro impuesto añadido. El coche no es un vehículo de lujo”. Desde la patronal se añade que “tiene poco sentido proponer que se desgraven los coches que menos consumen cuando un 78% del precio que se paga en combustibles son impuestos”.

Sobre el Impuesto de Circulación, todas las partes tienen claro que el criterio a seguir será de “eficiencia energética”. En la actualidad este impuesto se recauda basándose en los caballos fiscales. De este modo, un vehículo de diez, veinte o treinta años y uno nuevo pagan lo mismo si tienen la misma potencia fiscal. Tanto el ministerio como las patronales y los ayuntamientos pretenden reformar este tributo para que se penalice a los vehículos más antiguos que “son mucho más contaminantes”.

Este impuesto es recaudado por los ayuntamientos. Según los datos del Ministerio de Hacienda, Anfac y Faconauto, en 2012, y, a pesar del descenso de nuevas matriculaciones, la recaudación por este tributo ascendió a 2.885,7 millones de euros, casi un 20% más que el año anterior. El motivo de este incremento no es otro que la subida que han ejercido numerosos ayuntamientos en este tributo para aumentar su recaudación.

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