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Por Marcos GaleraSocio Director de Agaz

Tras la sanción de la FIFA a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y al FC Barcelona por infracciones relacionadas con el traspaso y la inscripción de jugadores menores de 18 años, el ente federativo ha decidido investigar ahora al real Madrid.

La normativa que responde a ambas actuaciones hace referencia a que la transferencia internacional de jugadores está permitida y regulada a través del art. 19 del Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores (“el reglamento”), tan solo para mayores de 18 años, pero establece tres excepciones para el traspaso de jugadores menores de edad siempre y cuando se de alguna de las siguientes situaciones:

1.- “si los padres cambian su domicilio al país donde el nuevo club tiene su sede por razones no relacionadas con el fútbol;

2.- si la transferencia se efectúa dentro del territorio de la Unión Europea (UE) y el jugador tiene entre 16 y 18 años;

3.- si el jugador vive en su hogar a una distancia menor de 50 km de la frontera, y el club de la asociación vecina está también a una distancia menor de 50 km de la misma frontera”.

Son tantos los casos en los que se han producido abusos de ésta norma, que la FIFA tomó cartas en el asunto en 2010 y adoptó diversas medidas, exigiendo a los clubs que los contratos que se firmen con menores de 18 años tengan una extensión máxima. A saber:

–         los jugadores de 16 años tendrán un contrato con una duración máxima de cinco años,

–         los de 17 un máximo de cuatro temporadas y

–         los de 18 un tope de tres campañas.

Además de lo anterior, se obligó a las academias ilegales de fútbol que existen en África y Asia a registrarse, con el objetivo de que cada vez que se realizara la transferencia de un jugador, éstos cobraran un porcentaje del traspaso por derechos de formación y promoción. Todo ello ha perseguido que se evitara que los menores, sin conocer otros idiomas, firmaran contratos leoninos y de por vida, en lenguas que desconocían.

Todas ésta medidas tienen sentido si miramos nuestra historia, ya que nuestro se ha demostrado que se han producido episodios de abuso, maltrato y abandono de los menores en diferentes ámbitos sociales y no podemos mirar para otro lado cuando es una obligación social de todos evitar la explotación y marginación de los niños como consecuencia de una legislación y costumbres sociales ciertamente intolerables.

 

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