Agaz Noticia, Opinión

Por Marcos Galera

Socio Director de Agaz [ ]

Cuando llega el final de temporada son habituales éstos pensamientos, ya que los Clubes de futbol se juegan mucho en éstas fechas. Por ello, y tras las informaciones que se han vertido recientemente en distintos medios de comunicación, varios representantes de la LFP han tenido que salir al paso. Han reconocido que se han reunido con el Fiscal General del Estado, pero tan sólo para intercambiar información sobre la problemática de los amaños que se denuncian al final de cada temporada, especialmente entre clubes afectados por posible descenso.

La Fiscalía General, por su parte, les informó que si se diera la situación de que se conociera algún caso, la competente sería la Secretaría General.

No podemos pasar por alto, que desde la última reforma del Código Penal de 2010, éstos hechos han pasado a constituir un delito.

Es evidente, por tanto, que se intenta lanzar una advertencia para evitar casos como los vividos en países como Turquía (en los que se han dictaminado seis inhabilitaciones vitalicias; cuatro de tres años; dos de dos años y medio; seis de dos años; y seis más de un año) y Finlandia (a dos jugadores de toda actividad relacionada con el fútbol nacional durante dos años a partir del 6 de abril de 2011).Estos casos han sido bastantes sonados, lo que ha llevado a la FIFA a tener la firme intención de atajar dicho problema. Ésta, dictaminó a través de la Comisión Disciplinaria, que las organizaciones deberán solicitar a la FIFA la extensión al ámbito mundial de las sanciones que hayan impuesto, conforme al artículo 136 del Código Disciplinar del máximo organismo rector del fútbol mundial.

Todo lo dicho, nos lleva a reflexionar que cada vez son más los casos investigados en todo el mundo por parte de la FIFA (más de cuarenta) y casi todos ellos por casos de corrupción, siendo éste organismo implacable en las penas impuestas, pudiéndose calificar las mismas como durísimas en algunos casos.

Con el papel en la mano, la normativa internacional sería más que suficiente, pues la aplicación del Código Disciplinar de la FIFA es claro, ya que exige Juego limpio y que se eviten los conflictos de intereses.

Pero ello no ha parecido suficiente para el legislador español, quien en el año 2010 criminalizó la conducta irregular del «amaño» de partidos en el deporte, hecho que evidencia que las investigaciones administrativas que han existido temporadas atrás sobre partidos de la competición de «la Liga Profesional de Fútbol» han sido infructuosas, ya que no se ha dictado ninguna sentencia en la que conste como hechos probados, que se haya «amañado» algún partido.

Esto ha cambiado, pues es evidente que en el momento que haya indicios de hechos constitutivos de un delito, la Fiscalía puede, de oficio, solicitar investigar cualquier hecho que pueda ser presuntamente delictivo, solicitando al Juez de Instrucción que les autorice a utilizar los mecanismos admitidos en derecho para investigar, pudiéndose decretar incluso el secreto de sumario en aquellos casos que existan indicios suficientes de la comisión de un delito.

Ese día, cuando se investiguen éstos hechos, el escándalo será monumental por la transcendencia que tiene el futbol en nuestra sociedad actual. Y no sólo porque quizás veamos a alguno de nuestros ídolos sentado en un banquillo («penal»), sino porque también habrá sanciones que provocarán que algún club descienda en «los despachos». Por ello cabe preguntarse, ¿admitirán los aficionados que sus dirigentes asuman el riesgo que su equipo descienda por «decreto»? La palabra como siempre la tiene el balón…

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