Agaz Noticia, Opinión

Por Marcos Galera

Socio Director de Agaz [ ]

Ante la crisis actual y la incertidumbre existente, el sistema de gestión deportiva en España agoniza. Quizás sea uno de los veranos en el que el mercado de fichajes se ha movido menos. Por ello junto a los modelos habituales de obtención de ingresos (derechos de explotación televisiva o las diferentes formulas de patrocinio) empieza a tomar auge “los fondos de inversión”, y todo ello en un mercado en continuo movimiento. La crisis en Italia y España ha llegado de lleno a un futbol con graves dificultades para financiarse, a diferencia de lo que ocurre en Reino Unido o Alemania donde los modelos de gestión están más diversificados.

Debido a la dificultad para obtener dinero, el mercado apunta a que la solución puede estar en los fondos de inversión de capital privado, quienes, desde hace unos años, han comenzado a invertir en algunos clubs o incluso han comprado derechos de jugadores. Buscan con ello obtener grandes rentabilidades, pero en perjuicio del jugador, pues lo interesante es que el jugador se mueva o sea objeto de diferentes operaciones de venta/traspaso para que su rentabilidad aumente. Ello lo estamos viendo en muchos clubs cercanos, donde el movimiento de jugadores es continuo.

Las ventajas y desventajas son varias: por una parte puede darse el caso de que “el club logre incorporar futbolistas que económicamente están fuera de su alcance, aprovechando que los inversores quieren utilizar la competición y ese club como escaparate, con el fin de que su activo (el jugador) se revalorice”. Pero, todo estará bien si el jugador se cotiza, si sube su valor, pues rápidamente será vendido y las ganancias son todas del inversor y en menor medida del club. El problema surge cuando el jugador pierde valor.

Para que este modelo de gestión a través de sociedades sea viable, es básico que el jugador tenga contrato en vigor con un club, si se encuentra en último año de contrato o con el mismo recién expirado, el porcentaje futuro a obtener de un traspaso entre clubes se reduce a la mínima expresión. Es pues de una importancia capital, que el jugador siempre tenga contrato en vigor y cuantos más años firmados mejor.

Queda claro que en los años venideros, ante la grave crisis económica del futbol profesional, la gestión deportiva pasa por la participación de fondos de inversión en clubes deportivos y en jugadores, con la salvedad de que a día de hoy FIFA y UEFA deben consensuar criterios jurídicos entre países. Se trata de ofrecer seguridad jurídica a inversores si se admite éste modelo de forma total.

No podemos pasar por alto que todos los equipos de 1ªDivisión, utilizan más del 70% de su presupuesto para pagar el sueldo del club. En el caso de 2ªDivisión es el 90% del presupuesto, mientras que en el resto del fútbol nacional ese porcentaje es mayor (93,23% del presupuesto). Por ello han surgido determinados fondos de inversión que han entrado al futbol, pese a ser una practica prohibida en Inglaterra y Brasil.

El primer caso de un fondo de inversión en España lo desveló el diario El País cuando afirmó que el fondo de inversión que acercó a Roberto al Zaragoza es QualitySportsInvestment (QSI) que cuenta con dos asesores de lujo: Jorge Mendes y Peter Kenyon.

¿Que les lleva a los inversores a poner dinero en el futbol? Notoriedad pública y futuros dividendos económicos.

Ello les lleva a fichar nuevos futbolistas sobre la base de que los buenos jugadores traen resultados positivos, se logra pelear por nuevos títulos, se crea interés mediático y todo ello debe traer mayores ingresos, lo que les permitiría que se fichen nuevos jugadores y comenzaría de nuevo el círculo. Pero no siempre es así, ya que los rivales también se refuerzan y a veces los resultados no son los esperados. Además, los clubes suelen vivir por encima de sus posibilidades, el interés de los agentes no es el de los equipos y para colmo de males, la crisis golpea en todos lados. Todo ello, repercute negativamente en un núcleo importante de este universo: “los aficionados”. Se juega con su ilusión, con la irracionalidad alimentada por la pasión.

Todo ello ha generado una oleada clubes acogidos a la Ley Concursal (norma creada para otro tipo de empresas, no para Sociedades Anónimas Deportivas), siendo el Real Zaragoza uno de ellos. ¿Es lógico que las reglas deportivas sean unas y las reglas económicas otras? En el mundo del futbol es necesario para que exista un “fairplay” y que se aplique un modelo de tope salarial y otro de tope de contratación por los clubes, pues sino es así existe una injusticia deportiva que representa para los equipos que pagan religiosamente competir con otros que viven de endeudarse perpetuamente (y luego basta aplicar la Ley Concursal para que se hagan las correspondientes quitas –de hasta un 50%- a sus obligaciones contraídas).

Los citados fondos compran a un jugador, que es quien posee los derechos económicos y lo cede a un club, que posee los derechos federativos. En primer lugar, estos grupos de inversión, cuyos verdaderos propietarios suelen ser anónimos y suelen estar radicados en paraísos fiscales (Gibraltar, Islas Vírgenes o Isla de Jersey, entre otros), se nutren de fondos de dudoso origen, motivo por el cual se habrá de regular de forma exhaustiva de donde viene el dinero.

Esa separación de los derechos federativos y los derechos económicos crea un nuevo escenario en España, pese a ser archiconocida practica en Sudamérica. No olvidemos que la FIFA sólo permite la transferencia de jugadores de club a club.

Uno de los casos mas conocidos fue la venta de Gonzalo Higuaín, vendido al FC Locarno, equipo de la Segunda División suiza, quien hizo desembolsos millonarios por jugadores de éste perfil, con un potencial económico para jugar una Champions League. River vendió el 50% del ‘Pipita’ al Locarno en 4 millones de euros. A los tres meses, en un pase de manos, Higuaín aterrizaba en el Real Madrid por 13 millones.

Equipos a los que han llegado fondos de inversión, como River y West HamUnited descendieron las temporadas pasadas, y Corinthians lo hizo en 2007. La ayuda de los fondos de inversión no les sirvieron ni para salvar la categoría. Mientras, el Locarno sigue en Segunda. En otros casos no ha sido así. Por ello cabe preguntarnos: ¿Cuál es el modelo correcto?, ¿quizás dependa de los dirigentes?

La operativa de los fondos está cambiando, pues es sabida la persecución que está haciendo UEFA y FIFA para terminar con sus operaciones, muchos están intentando comprar equipos de segundo nivel [/B]con los que convertir en legales todos sus movimientos.

Michel Platiní manifiesta que ha iniciado la guerra contra lo que él considera ‘elementos ajenos al mundo del fútbol’ y la prohibición será tratada en los próximo ejecutivas de UEFA. Platiní quiere que sean los clubes los verdaderos dueños de los jugadores y no empresas que sólo buscan el beneficio económico en todas las operaciones que realicen, idea que puede chocar de pleno con la negativa del tribunal de la competencia de la Unión Europea.

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